martes, 6 de agosto de 2019

LA HISTORIA DEL DR. SOTO Y VICTORIA. LA VICTORIA DEL AMOR.



Qué es la Victoria para cada uno?
Qué significa esta hermosa palabra?
Qué significa Victoria para ti? Para mi? Para cualquiera?

Tal vez aquí encontré uno de los significados de Victoria, más maravilloso y con mayor sentido que he podido hallar.

Una “Victoria” Real. De carne y hueso, y con mucho sentido al a vez.

Todos tenemos y vivimos una realidad radicalmente diferente!

Para ti que significado tiene esta hermosa palabra?
Qué sentido le das en este momento de tu vida?

Algunos historiadores le tendrán el significado de una batalla donde un pueblo dominó a otro. O por qué no, puede ser el nombre de una reina de Inglaterra.

Pero felizmente encontré la Victoria después de tantos años… Una totalmente diferente, y que para dos mujeres, significa mucho. Para un médico honorable y bueno, también; y ahora para mi, igual lo es! Y me llena el corazón para contar esta historia.

Victoria es una mujer que significa Amor!

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Hace unos pocos días tuve que buscar la ayuda de un especialista en Fisiatría para un Re-acondicionamiento físico. Llegué así a donde el Dr. Hugo Soto, de la Fundación Santafé.

La vida es maravillosa y me lleva inspirado a escribir sobre tantas cosas que pasan en el día a día… En las relaciones comunes y corrientes que uno tiene a diario, pero que a veces pasan inadvertidas.
Cuando lo saludé, noté su gran calidez humana, pero mi sorpresa sería mayor cuando descubrí en aquel hombre una gran joya: Un corazón inmenso y servicial!

Hablamos un rato y de todo un poco. Finalmente tocamos el tema médico que nos vinculaba como tratante y paciente.

Nuestra conversación fluía tan fácil, que no dudamos en contarnos historias de nuestras vidas. Yo fui a verle por mi estado físico, que últimamente está muy débil, seguramente debido al consumo de tantos medicamentos utilizados en los últimos diez años; y otras condiciones que vienen debilitándome poco a poco, como la falta de sueño  y una buena recuperación al descansar.

Me di  la oportunidad de conocer a este buen señor y allí encontraré una grata sorpresa. Me regalé ese momento y abrí el corazón.

El doctor debía conocer bien mi pasado clínico para poder evaluar muchas cosas del presente, y fue así como le conté algunas partes de mi historia. Lo que nos fue llevando hasta el punto que terminamos hablando de muchas cosas más, entre ellas el Amor. Amor maravilloso que proviene solo de un Dios bueno.

Y entonces llegó el momento afortunado en el cual, el doctor Soto decidió contarme una linda historia, que solo Dios sabe por que llegó a mis oídos.


Hablamos de Milagros de Dios. Y esta frase no es cualquier cosa, ni “pequeña cosa”. Por eso recalco mucho en este punto y  en los últimos tiempos he intentado hablar y contar estas maravillas y cómo ellas mismas, cambian nuestras vidas.

La diferencia está entre Creer o No Hacerlo! La decisión está en uno mismo. Creer le dará a uno grandes posibilidades de ver milagros en cada parte y momento, y sobretodo, llevar nuestra vida a la máxima expresión, que es el Amor y todos sus productos y efectos inmediatos.
Esto nos lleva a vivir con esperanza permanente, sabiendo que alguien más hace maravillas por nosotros. Necesitamos eso si, de Humildad y Agradecimiento, lo cual además, nos lleva más fácilmente a la felicidad!.

Hablábamos sobre la importancia de los médicos en su extraordinaria tarea de Sanar. Más que un doctor que resuelve problemas físicos, lo  importante es encontrar al médico que transmite amor y fe. Que cree y pone su Confianza en el lugar correcto, y esto ayuda más que nada, a que las personas salgan adelante.

Son sanadores pero de vida. Sanadores de personas, con Amor, con esperanza, y esto no debería nunca faltar.

Pero esta responsabilidad nos compete a todos los individuos. Allí radica que el ser humano, en la actividad que desarrolle dignamente, debe tener claro cuáles son sus talentos y trabajar por la salvación de las almas, sea médico o albañil. Sea físico o sacerdote, sea lo que sea… Siempre tendremos la posibilidad de amar al individuo en la actividad que desarrollemos!

Este es el verdadero trabajo a desempeñar, y esto nos lo pide Dios a cada uno de nosotros. Es tener caridad, ser agradecidos y dar esperanza a las personas. Es Amar a Dios, amar la vida y amar todo, a través del amor que tenemos por el prójimo, cualquiera que este sea.

Por tanto pareciera que nuestro mayor y primer trabajo es ayudar a sanar personas. Ayudar a vivir mejor al que está en frente. Al que está en problemas. Mover corazones y llevarlos al amor de Dios, a creer, a confiar. Así estaremos haciendo evidentemente bien nuestro trabajo, independiente de ser con buena paga o no tanto.

Cualquiera que sea tu trabajo, desde que sea digno y honorable, compartimos absolutamente el mismo principio y obligación. Ayudar a otros y a nosotros mismos a hacer de este mundo algo mejor y ganarnos el Cielo, tan añorado para algunos, ojalá cada día que pasa, cada vez más para todos!.



Y allí fue cuando prosiguió la historia el Dr Soto:

-" En algún ocasión tenía en la clínica a una joven mujer que se encontraba en malas condiciones médicas. Una difícil enfermedad afectaba su vida y había quedado embarazada, pese a los consejos de sus médicos que le recomendaban no hacerlo ( yo me pregunto: ¿Se nos olvida de donde viene la vida? ¿Quien es el Verdadero artífice de la vida? ¿Por esto creemos que debemos ser nosotros quienes la controlemos? Y la respuesta que he encontrado en mi existir es: No controlamos nada amigos…).

La mujer presentaba un embarazo, y los exámenes predecían que la vida que venía en camino, tendría algunas limitaciones y haría de su vida una experiencia difícil"- comentaba el Doctor.

Ella consultaba algunos médicos en la clínica y allí coincidía con el Dr. Soto, quien muy conmovido con la situación al ver que sus colegas le recomendaban dejar perder una vida maravillosa, la de su bebé, interactuó con la mamá.

“Varios doctores te dicen que abortes” le dijo el doctor a la triste madre. No había esperanza. Por el contrario la agobiaban con miedos y prevenciones. Lo único que ella podía sentir allí era temor para seguir adelante.

El doctor Soto, lleno de una fe inquebrantable, y realizando ese trabajo que Dios le regaló, le dijo su punto de vista médico y algo más:

“ No abortes mujer!” Quien te ha dicho que eso deba ser así? Hay un Dios que si lo sabe todo, un Dios bueno para Quien no hay imposibles! Confía y espera… Por qué le vas a quitar la oportunidad a tu hijo de vivir? Espera en Dios, y ÉL hará maravillas… No  te angusties! Abandónate en ÉL”, fueron las palabras del Dr. Soto en aquel angustioso momento.

Sus palabras llegaron a lugar fértil, al lugar sembrado de amor. A un corazón que no se amilana, un corazón que aunque dude, mantiene la esperanza y se aferra a lo más grande.  La mujer decidió confiar, mantener la calma, abandonarse en fe y tomar el camino del amor. Un camino más angosto, pero por el que se pueden dar resultados diferentes. El camino del Amor y sus milagros.

Allí quedó la conversación con esta mujer. En que la vida es más de lo que aparentemente se ve.! No volvieron a hablar por años. El doctor simplemente le habló con Amor, su más necesitada medicina en ese instante. Un poco de amor, a través de una palabra, de un abrazo, de escucharla; un amor de tantas maneras que ni sabemos, y le llenó de lo que ella necesitaba: Esperanza, confianza y fortaleza.


La historia termina cuando el doctor me cuenta que después de los años, llegó de nuevo la  mujer a su consultorio. Casi no la reconoce. Lo buscó porque tenía una deuda y algo que contarle.

Quería decirle que el amor es la fuerza más poderosa y maravillosa que todo lo cambia!

Estando frente a él, lo saludó muy emocionada y pronunciando un profundo -“Gracias Doctor!”- le dice:
-“Le presento a Victoria”, una pequeña niña de unos 7 años de edad. Una niña alegre, feliz y llena de salud con sus ojos vivos, llenos de alegría!

-“Gracias Doctor”-, le presento a mi hija a quien amo con todo mi corazón. Se llama Victoria, pues para nosotros, ella representa la Gran Victoria de nuestras vidas! Ella es la victoria y el premio a la esperanza, al haber confiado. Gracias doctor, porque sus palabras llegaron a mi corazón. Su fe me tocó el alma, su esperanza me hizo creer que todo es posible, y que hay Alguien para Quien no hay imposibles! Gracias doctor por esta Victoria  de nuestras Vidas! Mi familia salió Victoriosa!"- Y parecía que hablaba en nombre de ella y de su esposo, el padre de la niña.

Esta chiquilla es la gran victoria a la esperanza. A la fe! Al amor de Dios! Es la gran victoria de una vida que seguro traerá muchas más bendiciones y mucha felicidad! Porque cuando uno cree, todo cambia, cuando uno confía en quien debe confiar, las cosas se vuelven posibles, y todo puede pasar. Los milagros suceden.

La diferencia está en si amas o no. En si esperas con amor, y crees en Dios, o decides no y lo dejas pasar!

Gracias doctor, porque ésta es tal ves, una de sus mayores Victorias, y ni siquiera usted lo sabía… Pero eso si, estoy seguro que en su vida, tienen que haber como esta, muchas y miles de victorias más, pues un hombre como usted, con tanto amor y fe en su corazón, produce esto y mil veces más; es parte de esta maravilla que es la vida y los milagros del Amor!

Gracias doctor, gracias a esta madre por confiar y por creer! Por no asustarse al primer miedo, porque allí, cuando el camino se pone difícil, es donde se comienza más pronto a ver un paisaje muy lindo y lleno de picos y valles, como es la vida misma. Brilla más fuerte el Sol, cuando subes la cúspide y miras atrás y quedas feliz de ver tu Victoria!

Victorias de Dios! Bendiciones para siempre!




Ningún mal habrá de sobrevenirte…
Porque ÉL ordenará
Que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos” Salmo 91,10

Basta una palabra del Señor y todos tus problemas se convierten en Victorias!
Decide creer en sus palabras!
Mi oración con ustedes!