jueves, 26 de mayo de 2016

LA ENFERMEDAD DEL MUNDO! PERO ALGO ESTA SUCEDIENDO…


Si quieres comprar el libro "AHORA O NUNCA- El Tiempo del Amor" de Mario Ospina, click aquí...
La gente se está muriendo y nunca antes lo había visto de esa manera, tan clara y crudamente real.

La gente se está muriendo de soledad, de tristeza, de angustia. Se mueren por tanto trabajar, se debilitan tratando de buscar con demasiada ansiedad el dinero, la fortuna, la fama por qué no? Y el poder!

Mueren de ganas por tener entre sus manos el poder, que les permita mandar y dominar; un poder que los haga más “valiosos” que los demás, que les permita brillar y mandar, sin darse cuenta que paso a paso, su brillo interior se va apagando; que sus vidas se van extinguiendo detrás de este afán. Un total despropósito. Su corazón se marchita.

Pero sobretodo el mundo se está muriendo y matando por un “Cáncer demoledor”. Un cáncer que recorre nuestras vidas y las consume, y nos va matando lenta pero constantemente, que es el cáncer de la “indiferencia”.

Hay una gran indiferencia ante la Compasión, ante los problema del otro. Cuántas veces vemos en videos que se vuelven virales, una persona que aceptó obrar con amor y socorre a una anciana que intenta cruzar una calle? Y su virosis (del video) es porque realmente se ha convertido en un acto tan inusual aunque siempre admirable, que eso es lo que parece diferente y raro en nuestras abatidas vidas.

-Donde hago dinero, pongo mis intenciones, de resto, todo es inválido, innecesario e infructuoso.-

La indiferencia es total y lo más grave, es una indiferencia ante la Verdad, que si existe y que no es relativa, como muchos piensan e intentan convencernos en nuestras mentes modernas. Verdad si hay y está escrita! Otra cosa es que no la queramos reconocer!

Otra cosa es que el mundo vende fortunas detrás de estas ideas de que todo es válido, nos inculque que ninguno es dueño de la verdad o que a la vez pueden existir múltiples verdades, hasta el punto de asegurar que la verdad es de cada uno y que cada quien tiene la suya.

Verdad si hay y está muy clara! Esta se encuentra además en nuestros corazones, pero para reconocerla, debemos tener un corazón limpio y eso es otra cosa!

Verdad es una! Camino también lo hay y por lo tanto, seguido a esto, pues Vida también la hay y en abundancia. Pero el Camino y la Verdad no son sino uno y una a la vez, los que nos llevan destino a la felicidad, y ese es El Amor!

En esta red inmensa de inagotables historias, me he dado cuenta que todas las personas, todas, cargamos una cruz. Cargamos con situaciones que son una prueba y  aunque difíciles, son a la vez las grandes oportunidades de nuestras vidas.

Casi todos vivimos una situación lamentable, que nos duele, que nos reta, que nos quita la tranquilidad. Todos tenemos un problema, a veces sencillo, pero casi siempre difícil y duro de sobrellevar. Las  personas afrontamos una situación que se es  incapaz de compartir, por temor a ser juzgados o por el básico temor de “por qué voy a abrir mi corazón, si nadie me puede ayudar?”

Muchas veces utilizamos máscaras ante el mundo y ante nosotros mismos, porque nos da miedo, si quiera, hablar de eso.

He notado que todos, por más que parezca la vida perfecta, tenemos un dolor y algo que nos talla el alma. Nadie se salva de esto y nos encontramos  a veces con una gran cantidad de sorpresas. Hasta el más envidiable de los seres humanos sufre; es parte de la vida y de nuestra humanidad. Claro, uno quisiera que nadie sufriera, que todo el mundo fuera feliz, pero la felicidad no es No sufrir. La felicidad esta absolutamente ligada a los problemas, a la forma como uno los afronta y sale de ellos, porque no hay vida sin problema y seguramente ese el gran sabor de la vida, la sal de la vida!

He encontrado a quienes sufren por una enfermedad, son muchísimos! También he visto a muchos que sufren por amor, por una separación, incluso he visto a quienes desde la otra orilla, sufren porque no aman como debiera ser a sus parejas y sostienen una relación más por aguante que por verdadero amor. Varios tienen un compromiso o los afana que sus hijos no sufran, pero no reconocen el verdadero amor, que es el que se ha construido por años.

He visto a quienes sufren por problemas de adicciones, de tristeza, de soledad, de crisis nerviosas, de odio. 

Sufrimos las personas porque tenemos ataduras, porque nos domina un vicio, una situación irregular; porque somos débiles ante las tentaciones y nos dejamos dominar como el más indefenso de los seres, pero eso es parte de nuestra incapacidad.

Se sufre porque la vida es larga o porque se está agotando; porque la tristeza se adueña de nuestras vidas e inevitablemente se generan ganas de morir, de no luchar más. Se sufre por depresiones! Se sufre de cansancio, la vida pierde sentido. Que dolor! 

Se sufre al tener problemas con el jefe, en el trabajo y con las personas con las que se convive; se sufre por envidia, porque se es incomprendido, porque nadie te escucha, porque se tiene sed de algo diferente y nadie te entiende. Se sufre porque la gente no te da, cuando se trata de todo lo contrario.

Se sufre porque el dinero no alcanza y como es lo que más perseguimos, pues cuando no se logra obtener, trae un fuerte sentimiento de frustración. 

Qué ritmo desenfrenado tienen nuestras falsas ilusiones. Seguimos persiguiéndolas como si no hubiera nada más por qué luchar. Allí se nos va la vida y todo se derrumba como un castillo de naipes. He visto fortunas materiales acabarse, he visto pasar lo impensable en temas económicos, porque todo es posible… No hemos puesto nuestra confianza donde debe ser y seguimos pensando que encontraremos la felicidad y la respuesta a todo, en el trabajo y en el apetito por  el dinero. No hay nada nuevo, solo la confianza puesta en el lugar equivocado.

Se parece algo de esto a tu vida?  Realmente soñamos con algo que valga la pena?

Bajo este esquema lamentable de la indiferencia que tanto nos golpea, he presenciado situaciones que me han llamado fuertemente la atención. Algo está pasando:

Un Santo muy valioso y apreciado decía: “ Tended un gran ideal. Amadlo, cultivadlo y en la hora menos pensada, el buen Dios nos proporcionará la ocasión de alcanzarlo” (San Juan Bosco)

Finalmente quisiera confesar que he visto cómo la tristeza se vuelve en alegría y la alegría en tristeza… Esto quiere decir que algunas personas que han puesto su felicidad en el dinero, finalmente ven que nada de eso tenía importancia y sufren, al encontrase con que allí no estaba la felicidad. Y también significa que, por el contrario, he visto personas que se encuentran en una difícil situación, trágica y desgraciada, una tragedia que pronto se convierte en una gran alegría, una gran enseñanza y la mayor oportunidad de vivir y sonreír!


EN LA MITAD DEL MUNDO, ALGO DIFERENTE SE RESPIRA…

La vida, sin embargo, trae sorpresas… A la vez que pasan todas estas lamentables situaciones, un par de personas me hicieron sentir que algo extraordinario sucede en el fondo de las cosas.

No obstante existen ideales diferentes:

Un par de amigos con los que crecí en la infancia y con quienes nos habíamos alejado por cuestiones apenas normales del crecimiento, reaparecieron. Estas son  personas brillantes que se lucieron en la época del estudio durante el colegio y la universidad. También les llegó la etapa de brillar en sus trabajos. Sus carreras son un constante logro de éxitos. Son amigos de los más inteligente que tengo entre mis amigos, y en un par de eventos en los que nos encontramos, sostuvimos conversaciones en las que uno logra comprender sentimientos maravillosos.

V. R. es un queridísimo amigo mío del colegio. Fue uno de los mejores puntaje  de las pruebas de conocimiento (Icfes) de mi graduación. Gran persona, sensible,  muy humano y tranquilo, inteligente y brillante como él solo; vive hace unos años en la costa oeste de los EEUU, en la ciudad meca de la tecnología y es un alto directivo de  la mayor fabricante de circuitos integrados del mundo y de los procesadores más comúnmente encontrados en la mayoría de las computadoras personales. En un almuerzo que compartimos el fin del año pasado (2015), en el cual nos reunimos varios amigos del colegio y con quienes no nos veíamos desde hace casi 20 años, me contó que esperaba emocionado la llegada de su primer hijo y tras presentarme a su linda esposa, me dice:

“Mario, he visto que la gran diferencia en la vida radica en la Compasión y en la Caridad…”

“He comprendido que en el camino al crecimiento y la felicidad, después de mirar por un lado y por el otro, hay un tema en el cual es importante detenerse y trabajar. Este es el de la Compasión”, volvió a pronunciar con mucho énfasis.

Sostuvimos una amena conversación y hablamos de cosas importante para los dos. Reconocí que es el mismo hombre bueno de siempre y no me extrañó para nada, dada su calidad humana. Su capacidad es increíble, su inteligencia es de exportación, y su corazón, es algo que siempre le ha acompañado y nunca lo abandonará!  Detrás de tanta brillantez, de convivir en medio del mundo digital y de inteligencia artificial de las máquinas, este genial hombre se pregunta y evalúa qué le puede generar un mayor y verdadero crecimiento en su vida, por el bien de su familia y el suyo propio y lo encuentra en la Compasión, es decir, poner su atención en las miserias de los demás….

Sentí que percibió de alguna manera que al estar en contacto con el dolor humano y responder a éste con un acto de Amor, le llevara a consolidar una vida feliz. Está mirando para otro lugar diferente al que uno normalmente mira: a uno mismo…!


J.P.C. es un padre de familia, brillante entre mis amigos más brillantes. Se autodefine como un “Ingeniero, hombre racional y poco sentimental”. Alto directivo de una empresa  multinacional  de origen estadounidense que desarrolla, fabrica y produce  software y equipos electrónicos. A su cargo tiene un gran equipo de trabajo, y me invitó a su compañía a oír una historia que empezó con números, cifras, coaching empresarial e identificar problemas y asuntos del mercado ante el cual se debe tener la capacidad de cambio. De repente finaliza su relato con un tema de alto contenido emocional, en el cual trae a colación el tema de la amistad, el valor que ella comprende en términos generales  y el valor de Creer. Esto, traducido en el valor del Amor, y  concluye haciendo importante referencia al tema de vaciar el equipaje para volver a llenarlo con “cosas nuevas!”

“Toca creer en algo” decía, “desocupar la valija para desprenderse de lo que pesa demasiado y volver a aprender las cosas realmente valiosas, para así poder retomar el camino correcto”.

Presiento que lo decía en el plano corporativo, pero también en el plano personal donde todo se involucra. Seguramente y como lo entendí, el Camino del Amor, de lo básico, de lo que tenemos cerca y a nuestro alcance, es en donde encontramos las respuestas importantes para nuestras vidas… “La amistad y el creer en algo son bases que nos impulsan en nuestro camino”. 

En pocas palabras, este hombre de empresa y de negocios, mostraba su perfil más sensible y amoroso, su perfil más humano porque algo, definitivamente, detrás de tanto materialismo, está pasando, y eso es el Amor, la Compasión y el Volver a Creer….


Que estamos esperando para hacerlo? Que estas poniendo tu, de ti mismo para volver a empezar, para volver a creer y recuperar lo realmente importante y valioso?

Qué estas esperando para dejar de mirarte a ti mismo y voltear tu mirada hacia el que está a tu lado?

Qué estas esperando para entender que el mundo no eres solamente tu y nada más que tú y los afanes del dinero? Qué esperas para curarte de esta enfermedad crónica que nos está matando y que es la falta de conciencia y la Indiferencia ante los demás?

Aunque el Mundo tienen muchos problemas y muchas enfermedades, en el fondo se siente que algo diferente esta pasando. Se esta generando un llamado especial al Amor, a Sentir y a Vivir diferente.

Algo esta pasando y es real: es AHORA O NUNCA, El tiempo del Amor!


domingo, 1 de mayo de 2016

DE NUEVO AQUÍ

Si quieres comprar el libro "AHORA O NUNCA- El Tiempo del Amor" de Mario Ospina, click aquí...
Hola! Nuevamente en la enfermedad.

Hace mucho tiempo no escribía, desde el 7 de octubre de 2013. Han pasado casi 3 años y miles de experiencias maravillosas, las cuales agradezco a Dios, Quien me ha permitido los varios milagros que le pedí con todo mi corazón: Que mi corazón sanara, sentir diferente, para poder afrontar la vida y la muerte como El quisiera; luchar para poder de esta manera ganarme el Cielo, que es la consigna de todos los días, y sentir, cómo por medio del Amor, existe la sanación. He sido testigo y experimentador de cómo el Amor es el sentimiento que más sana en el mundo, trayendo entre otros resultados, la curación para un enfermo de cáncer de vías digestivas.

Como les digo, Dios me ha permitido sentir cómo el Amor ha cambiado mi vida y mi cuerpo.

En fin, han sido tantas experiencias maravillosas, que jamás pensé lograr llevar a cabo, pero El, solo Dios lo hace posible. Para El no hay nada imposible. Hace casi tres años escribía contándo cómo hacía lo que estuviera a mi alcance, por encontrar de alguna manera mi sanación y confiar en Dios fue la experiencia más importante que me dejó esta etapa de la vida, de manos directamente de La Virgen María y del mismo Dios.

Estos últimos años han sido tan maravillosos que incluso me llevaron a realizar el logro material, espiritual y personal más grande de toda mi Vida. Por encima de cualquier experiencia exitosa que hubiera tenido en mi vida laboral, tuve la fortuna de escribir un  libro, lo cual es la mayor meta alcanzada.

El libro está a punto de salir a la luz pública y estoy absolutamente feliz de poderlo compartir con el mundo; con ese mundo que tanto amo hoy en día de una manera diferente. El libro es un logro hecho con la ayuda de Dios, pues desde el fondo de mi corazón reconozco que no hubiera sido capaz nunca de llevar a cabo tal empresa, la de poner mis sentimientos en unas hojas, organizarlas y compartirlas. Hoy mirando para atrás, veo esto con demasiada alegría, ya que estoy totalmente seguro que no hubiera sido posible si no fuera porque fue una obra Suya; de eso no tengo la más mínima duda. Yo no hubiera sido capaz. Yo no tenía las facultades para hacerlo;  todo se debió a un proceso en el que Dios ha estado presente.

Dios ha hecho muchas cosas con mi vida y falta ver qué más cosas hará…

Sin embargo hoy me animo a retomar estos escritos, impulsado nuevamente por la mayor bendición que he recibido en mi vida: La Enfermedad…

Llevo una buena temporada liberado de los sufrimientos físicos, pero ahora han vuelto. Llevo un buen período disfrutando de la posibilidad de moverme y hacer infinidad de actividades, olvidándome del peso de los dolores, pero esta semana volvieron.

Hace mucho tiempo no sentía estas limitaciones y lo duras que son. Por una circunstancia especial, me tocó retomar la quimioterapia, después de haberle dado un pequeño descanso a mi cuerpo. Después de esta etapa, reinicié la toma de mi tratamiento y me ha golpeado muy duro. Más duro que nunca antes; lo que siempre suele pasar es que tomar el medicamento, trae varios efectos colaterales, que he tenido que aguantar, pero esta vez los siento más fuertes que nunca. Lo que siempre ha parecido algo menor, esta vez me agobia fuertemente el cuerpo. La droga siempre actúa sobre las células que tienen un crecimiento desordenado, en esta ocasión en el hígado, produciendo un dolor reflejo en los hombros. Siempre me ha afectado las extremidades, piernas y brazos. El reflejo en los hombros siempre se ha dado, en el izquierdo o en el derecho, indistintamente. En esta ocasión el dolor se posó sobre el izquierdo, pero con una intensidad que me ha hecho cancelar un viaje en el que me encontraba para devolverme corriendo a mi casa. Me tiene pasando por un momento de tanto dolor físico, que me ha tocado suspender mis actividades para quedarme quieto, tratando de manejar dicho dolor.

Llevo varios días sumido en el dolor, son más de una semana, y esta situación me cambia todos los planes. Mientras visitaba a mi hermano en otra ciudad, el dolor no me permitió disfrutar absolutamente de ninguna de las actividades que tenía planeadas. Me duele mucho! Este dolor penetra mis entrañas, para posarse en el hombro izquierdo de una forma tan contundente, que cada segundo y medio me pica un dolor, como si tuviera un cuchillo clavado en mi interior y al menor movimiento me hiciera daño. Nace desde el estómago y recorre el cuerpo para salir con mucha fuerza a través de la parte alta de mi brazo izquierdo y del pecho.

Me estoy aplicando fuertes dosis caseras de morfina, la cual, si le dejo tomar ventaja como me pasó en este caso, es más difícil de manejar. Sin embargo el temor y el fastidio que me producen las clínicas, las urgencias en la Fundación, me mantienen hasta el ultimo esfuerzo en mi casa, con el objetivo de sacarle el cuerpo a la cita en la clínica, a la cual, como muchas veces lo he dicho, le tengo un pánico total.

Sin embargo, rezando en la soledad de mis dolores, llegué a comprender una idea que estoy convencido es el gran regalo de Dios:

Por medio de estos dolores que no sentía hace mucho tiempo, solo puedo encontrar la cara hermosa y amorosa de Dios, de ese Dios que me Ama tanto.

Por medio de este dolor que nuevamente me impulsa a escribir, solo puedo encontrar que Dios me invita a recordar lo infinitamente pequeño que soy; lo débil que soy ante la magnanimidad de Su creación. Me recuerda con mucho Amor, que soy muy pequeño y vulnerable, y que solo en las manos de Dios puedo estar tranquilo y confiado. Que solo en El espero, que solo con El puedo afrontar cualquier dificultad en mi vida. Que es a Dios a quien me debo y a quien le entrego todo mi sufrimiento y que solo allí estaré bien. Me hacen comprender de nuevo que soy muy débil y que a Dios le entrego absolutamente y por siempre mi debilidad y mi incapacidad.

Siento que esta vez ha sido como un “recorderis”, para decirme “no te olvides lo pequeño que eres, lo débil e incapaz que eres, lo mucho que te duele todo y lo incapaz que eres!”. Y para eso está El, para descansar mis sufrimientos en El.

Gracias a Dios, porque por medio de este nuevo dolor, puedo encontrar la sencillez de mis miserias. Puedo apreciar la humildad de los días; puedo pedirle que cuide de mi y  que a El le entrego Todo, lo que soy y lo que siento, y que nunca nada puedo sin El!

Señor que sea esta la oportunidad de darte gracias por recordarme que soy una partícula importante de Tu creación y de tu Amor, pero que no soy nada sin Ti. Que no puedo nada sin Ti, que mi dolor me une a Ti y que si esta es mi Cruz, la cargaré con el Amor que pueda, pues es lo más grande que tengo para ofrecerte.

Gracias por recordarme que soy diminuto,  que no somos nada y que nunca quite mis ojos de Ti.


Esta es mi debilidad y mi enfermedad, o mejor mi bendición, que tanto me duele ahora…
Si quieres comprar el libro "AHORA O NUNCA- El Tiempo del Amor" de Mario Ospina, click aquí...