sábado, 3 de febrero de 2018

UN MUNDO DE ESPERANZA

Estamos viviendo épocas aciagas, con una triste crisis de valores en la que el Ser humano, se consume en un ritmo frenético sin darle valor a los verdaderos valores. Cada día el mundo hace más ruido y tenemos menos tiempo para el silencio y para poder escuchar. No hay silencio que nos permita entrar en intimidad con nosotros mismos y con la voz del verdadero Camino, la Verdad y la Vida.

Hay una sensación de descomposición casi total. El mundo quiere implantar algo que se llama “El nuevo Orden Mundial” y en ello participan entidades y organizaciones grandes e influyentes que nos hace pensar que la batalla pueda estar perdida, pero no. No es así y siempre debemos mantener en alto la esperanza.

La televisión nos habla muchas veces de muerte, violencia y pone al ser humano como una simple víctima. Los medios atacan a la familia; se ataca a la mujer, se ataca al medio ambiente, se ataca la vida, por medio de la violencia y las leyes que permiten un mundo al revés.

Lo que más vende son las historias de escándalo sexual, aberraciones o impulsos aniquiladores de unos contra otros por el simple hecho de que no estamos de acuerdo. La intolerancia sube. Gran eco tienen las historias negativas.

Las historias que oyen nuestros niños (y adultos también) son negativas; solo alimentan la tristeza y quitan la esperanza.

No quiero ser un sin-propósito denunciando las cosas que ya todos sabemos, solo destacar que día a día nos vienen consumiendo la ira y la soberbia.

No existe una verdadera reconciliación, porque hasta los que quieren ser perdonados no tienen un real arrepentimiento. Pareciera que todo responde a intenciones maliciosas e interesadas. Se acaba el verdadero amor, guía para un mundo mejor.



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Pero bueno, ahora si vamos a la historia que quiero narrar y por la que puse también esta larga introducción:

La semana pasada tuve la gran fortuna de que alguien en un medio de comunicación   importante del país, creyera en esta historia de vida, la historia que Dios me regaló y se la jugó a contar algo diferente. Agradezco mucho al periodista que tuvo esta osada idea y a todos los que intervinieron en este regalo de la vida.

Para José Alberto Mojica mi admiración, respeto y agradecimiento, al igual que para el periódico El Tiempo. A mi amiga Danelia, quien fuera el cerebro, o mejor, el corazón, de este regalo también. Cómo te quiero…

Admiración profunda por el periodista, porque no sé cómo hizo, para volver una pequeña y hasta agotadora historia, en una noticia que para ese lindo 12 de enero de 2018, la convirtiera en la más leída del importante portal de internet del Diario más leído del país.
Una historia que no llama tanto la atención en tiempos en que vende más una historia de violencia o de escándalo.

El día transcurría con normalidad y su afán propio de tantas actividades que intentamos desarrollar. Llegaban por los medios palabras muy lindas de apoyo. Una obligación tras otra, iban quitando tiempo al reloj. Y de repente cerca del mediodía, un mensaje de mi interlocutor en la nota:

-¿ Mario se ha dado cuenta de la locura que está pasando?- me preguntó y yo no supe a qué se refería, pues andaba ocupado pero notaba su tono de alegría y de sorpresa.

Entonces pregunté qué pasaba… y de inmediato otro mensaje me dijo que estaba posicionada como la noticia más leída del día. La compartían, le daban “like”, me entraban mensajes por un lado y por el otro y yo me sorprendía amorosamente.

Más comentarios a mi móvil entraban sin descanso, y a mis redes y correo. Recibía voces de aliento, personas que expresaban su alegría de leer una historia que les llenaba de ilusión. Era como una ráfaga de amor incontenible!

Tal cual, una ráfaga, un torrente incansable de mensajes y emociones, en medio de un día normal.

La sorpresa fue muy grande para mí. Debo aceptar y confesar que me emocioné muchísimo. Sentí gratitud por una historia que gracias a Dios se ha vendido bien, pero nunca a estos niveles que se presentaba en ese momento. Puertas que se abrían, invitaciones a una y otra charla, porque la gente quería oír más y más de esta experiencia.

Finalmente el día transcurrió, pero algo me decía que había un sentido mayor detrás de todo, y de mi propia emoción y la del periodista profesional. Su emoción era creciente con el transcurrir del tiempo. Y la mía aún más, pues para quien no comprende como yo, parece que el efecto se multiplicara.

Finalmente hablamos de nuevo y entrando en un momento de reflexión, una pregunta salió entre los dos, intentando comprender bien que era lo que había pasado. Yo con bastante imprudencia me lancé a dar el primer diagnóstico.

-¿Que fue lo que sucedió mi estimado José Alberto, que fue esta locura de hoy?- pregunté, para inmediatamente contestarme…

-Definitivamente el mundo está triste!- reflexioné en voz alta. El mundo está lleno de pesimismo!

-El mundo está necesitado de esperanza…- Fueron las palabras finales que yo anoté… Y tal vez no me equivocaba, pero entré en silencio.

Mi apreciado periodista estaba impresionado.

-El mundo está necesitado de esperanza!- dijo él. - El mundo quiere oír historias diferentes; historias que le llenen de alegría e ilusión-.

Este fue el diagnóstico de un día feliz y alegre! Un día en el que estaba Dios presente, como todos los días, pero yo lo sentía más, por mi felicidad!

Esta vez la gente se pronunció, querían y quieren oír historias nuevas, historias de Amor, historias de esperanza. Algo que los alimente diferente. Que les permita pensar que hay un futuro mejor, un futuro con Amor. Y aunque hay tristeza, también hay un gran deseo de creer que la vida y el mundo puedan retomar un rumbo diferente. Un pueblo que está cansado de historias lamentable y de ver cómo todos nos hacemos daño y pasamos por encima de todos, sin ver a quien tenemos al lado, en esta carrera contra el reloj, pero sin saber hacia dónde vamos. Sin tener claro nuestro destino y el que realmente nos conviene... Tal vez muchos quieren ver y oír si es real eso de que “Todo es posible”.

Vimos a través de esta experiencia a tantas personas maravillosas que está pidiendo que las amen, porque finalmente la historia de que el “Amor Sana”, es real y nos sana a todos y nos compete a todos; y que tal vez todos lo sabemos en el fondo de nuestro corazón!

Vimos a una gente maravillosa que quiere volver a creer y confiar en lo que es realmente importante: En un Dios que ama y que permite llevar una vida mejor con toda la esperanza!

Un pueblo que acepta la invitación al Amor. Esto es lo más emocionante que ha pasado en esta experiencia, porque el mensaje era más profundo que pensar que nosotros tenemos la fórmula de una buena historia. El mensaje real de todo lo que paso ese día, es que el mundo necesita mucho Amor y todos podemos ser parte de esta bella historia.

El mundo necesita mucha esperanza, y esa está en nuestras manos. En las manos de cada uno de nosotros, para volver a creer y para hacer realidad el que este mundo, Puede ser mejor!

Está en nuestras manos! Construyámoslo entre todos!

Dios nos bendiga!

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