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Les quiero contar en qué consiste mi mayor herramienta de defensa en este momento contra el cáncer y lo que he descubierto después de tantos años de lucha contra esta enfermedad. Tratando de buscar erradicarlo de mi cuerpo, he abordado varias alternativas, y por esto, creo que tengo argumentos suficientes para decirles dónde estoy encontrando mayores posibilidades reales de sanación.
Les quiero contar en qué consiste mi mayor herramienta de defensa en este momento contra el cáncer y lo que he descubierto después de tantos años de lucha contra esta enfermedad. Tratando de buscar erradicarlo de mi cuerpo, he abordado varias alternativas, y por esto, creo que tengo argumentos suficientes para decirles dónde estoy encontrando mayores posibilidades reales de sanación.
Siempre
estoy hablando del tema de la fe, pues para todo esto es fundamental creer en
algo, como todo en la vida. Creer que algo que estas adoptando como propio y
como tu mejor aliado, es la fórmula mágica para sentir que estas venciendo. En
esto baso cualquier decisión que tomo sobre cómo afrontar la pelea.
Lo
primero que utilicé fueron las cirugías, lo cual me proporcionó mejoría
inmediata, pero después de los años mi mal ha sido recurrente, y por lo tanto
tuve que volver a decidir sobre la forma de erradicar dicho mal de mi cuerpo. -A
propósito doy mil gracias a todos los cirujanos que han intervenido mi cuerpo,
especialmente al Doctor Fernando Arias-. Fue por esto que busqué ayuda en
alternativas diferentes como la quimioterapia, reflexoterapia, el veneno del
alacrán azul de la medicina cubana, la risoterapia, la terapia con ángeles,
entre muchas otras, unas así de curiosas y otras no tanto. En fin, son muchas
las alternativas que se presentan, algunas de ellas complementarias con las
otras, y otras que no se permiten mezclar entre sí como la Gerson con la quimioterapia,
precisamente por la toxicidad que ésta última le transfiere al cuerpo. Muchas
personas de buena fe casi siempre, pero también algunas de mala fe, intentan
ofrecernos alternativas en la vida, sabiendo que cuando uno se encuentra en
este nivel de zozobra, es capaz de hacer lo que sea. Lamentablemente hay gente
que se aprovecha de esto.
Finalmente
, como les decía, después de varios ensayos, encontré en la Terapia Gerson, lo
que más se acomodaba a mis creencias y a lo más sensato que yo pudiera
entender. Siempre comprendí que mi enfermedad la había somatizado por
situaciones vividas, tristezas, temores y dolores, más del alma que del físico,
por lo tanto no podía entender que después de tantos años en los cuales se
somete al cuerpo a dejámenes de este tipo emocional, y otros del tipo físico como
alimentarlo mal y maltratarlo con malos hábitos, existiera la posibilidad de que
una pastilla milagrosa me reversara dicho mal (quimioterapia), aunque seguro
ayudó en algo, pero no me daba la solución definitiva. Fue entonces cuando comprendí,
que el camino debía ser con sacrificio para poder recuperar el tiempo perdido.
Y digo que sacrificado porque si realmente quieres someter a tu cuerpo a esta
terapia, será a base de sacrificios muy fuertes, pues cambiar tus hábitos de la
noche a la mañana, sí que representa un total sacrificio, únicamente realizable
cuando sientes que el monstruo de la última noche se está acercando. -Ya les
hablaré del valor que he encontrado en el sacrificio y como nos purifica el
cuerpo y el alma-.
Es sencillo,
pero a la vez bastante complicado. Sencillo porque es volver a alimentarse de
lo básico, pero complicado porque se deben cambiar muchos de los hábitos
diarios, tales como dejar de comer en “la
calle·”, dejar de comer lo que todo “el mundo” come, dejar la carne, de la cual
muchos nos hemos vuelto dependientes; alejarnos de la toxicidad a la que nos
someten, no solo los alimentos, sino también el entorno; mantenerse en la
máxima calma posible, aprendiendo a estar en comunión con Dios y con la vida, y
adicionalmente adoptar nuevas formas de vida como pueden ser la meditación, y
la relajación entre otras. Me ha tocado hasta dejar de jugar golf, que era lo
que más me estaba gozando en este momento de mi vida.
Esta
es pues la Terapia Gerson, y espero no equivocarme en alguna aproximación que
pretendo hacer, ya que no soy la autoridad para hablar del tema. Si cometo alguna
imprecisión al transmitirlo, pido a las
personas que sepan sobre el tema me ayuden a aclararlo. Lo importante es poder
transmitir lo que para mí ha sido, o ha representado el prolongar los días de
mi vida con una buena condición física.
Es
una terapia de choque contra el cáncer, pero también ayuda a combatir algunas
enfermedades crónicas como por ejemplo las cardiovasculares, la hipertensión,
diabetes, esclerosis múltiple, hepatitis, artritis, alergias, e incluso la depresión
y la migraña, entre otras.
Nuestro
cuerpo es una máquina perfecta, y me atrevo a asegurar que es “la más perfecta
de todas las máquinas” si así la pudiéramos llamar. Está compuesta por un sabio
mecanismo de defensa, que cuando advierte que hay un enemigo, inmediatamente
activa todo su potencial para defenderse. Pero cometemos un error que
prontamente el cuerpo nos lo cobra: lo sometemos a todo tipo de
intoxicación, mediante hábitos alimenticios y desórdenes emocionales, que
terminan restándole esa capacidad de protección y por consiguiente entregándose
y postrándose ante lo que el enemigo quiera. Es tan importante esto, que lo que
termina sucediendo es que acostumbramos a nuestro cuerpo a generarle una placidez
a la enfermedad, y convirtiéndose en el mejor
hotel para alojar las células mortales, las cuales se encuentran felices allí
adentro y se alimentan a gusto. Lo que pretende la terapia, es dificultarles
ese hábitat tan agradable que durante años les fuimos construyendo con una
alimentación, en mi caso, a base de productos alterados genéticamente, de productos procesados como la sal, el
azúcar, productos intoxicados en recipientes dañinos como los enlatados, de
productos contaminados en sus procesos productivos, de alimentos que van
minando la funcionalidad de algunos órganos, y demás toxinas como alcohol y
tabaco, o incluso el estrés, la rabia y la tristeza.
Resulta
entonces que para poder volver mi cuerpo un templo de vida, dejé todo este tipo
de alimentos, no volví a comer carnes, y ahora me alimento de comida orgánica,
la cual no está infectada con insecticidas ni abonos químicos, que terminan
entrando a mi sistema sanguíneo, ocasionándome mucho mal.
Mi
dieta es exactamente la misma todos los días. Hay quienes le hacen algunas variaciones,
pero en mi caso me ha resultado más fácil acostumbrarme a hacer siempre lo
mismo. En todo caso no hay mucha variedad en cuanto a los productos, pero se
pueden hacer diversas recetas, el
problema es que yo no soy un experto en la cocina.
Todos
lo días desayuno una avena hervida, un jugo de naranja y fruta no muy dulce, en
mi caso prefiero la papaya.
El
almuerzo consiste en una sopa de verduras que se llama sopa de Hipócrates, la
cual está hecha a base de apio, perejil, cebolla, ajo, tomates y papa, todo
orgánico junto con agua destilada (es el único agua que puedo consumir). Esta
sopa es un verdadero caldo de verduras, se hierve y no se le adiciona
absolutamente nada más, ni sal ni especies, y aunque en un principio no sabe
a nada, o mejor dicho sabe rarísimo, con el tiempo adquiere un sabor
delicioso. Creo que las papilas gustativas se acostumbran a que no exista la
sal, y se comienza a disfrutar el gusto real de cada alimento. A propósito, me
he vuelto un catador increíble de productos naturales, ya reconozco el muy buen
sabor de cada vegetal, y lo más curioso es que vine a descubrir esto a mis
cuarenta años. Les confieso que es increíble el sabor que tienen los verdaderos
alimentos, la tierra y lo natural.
El
almuerzo se complementa con papas al horno y una ensalada de vegetales que
puede ser lechuga, tomate, cebolla, zanahoria, junto con aceite de linaza, que
es un fuerte desintoxicante; además una verdura caliente, la cual puede ser
brócoli, coliflor, zanahoria, calabacín, entre otras. La cena es igual al
almuerzo.
Hay
muchos productos que son prohibidos, pero no se trata aquí de dar las
instrucciones porque son muy largas, sino de dar una pequeña aproximación.
Vuelvo y repito, las instrucciones las debe dar alguien que sepa perfectamente del
tema, que haya estudiado y que esté
capacitado para orientar a los demás, que en este caso no soy precisamente yo.
Además, la terapia no solo consiste en estas indicaciones, sino también nos advierte
lo que NO se debe hacer, y nos guía en la ingesta o toma de suplementos
naturales.
Durante
el día complemento la terapia con jugos que son extractos de frutas y verduras,
los cuales bebo aproximadamente cada hora y media, algunas veces, encima de las
comidas y otras antes de ellas. Me tomo cuatro jugos de verduras y tres de
zanahoria con manzana. Una vez preparados, debo consumirlos de inmediato pues
son productos que se oxidan rápidamente.
Adicionalmente
se deben realizar lavados o enemas, que ayudan no solo a limpiar el cuerpo,
sino que eliminan toxinas, y permiten que el hígado funcione de una manera más
eficiente, obrando como el filtro de nuestro cuerpo, como maravillosamente lo
es.
Para
mi la Terapia Gerson, es volver a utilizar los recursos que Dios nos dio y no
los que el hombre se ha inventado, con el ánimo de acelerar el proceso
productivo de los alimentos y llenar sus bolsillos, sin interesarle la salud
del ser humano. Es volver a comulgar con lo natural, es alimentarse de la
naturaleza, y alejarse de lo malsano, como es la “comida chatarra” y las
frituras. Es volver a escuchar a nuestro cuerpo, y permitirle tener la
capacidad de defenderse contra las enfermedades. Es librar a los cuerpos de
tantas toxinas que los envenenan, para que puedan defenderse como Su Naturaleza
se los permite.
Yo
por mi parte he tomado la terapia Gerson como mi tabla de salvación, y aunque
era a quien más le gustaba la papa frita, el chicharrón y el aguardiente, ahora
tomé la decisión de dejarlos, pues prefiero vivir un tiempo más, y decidí
colaborarle a mi cuerpo en esta batalla. Llegó la hora de cambiar todas esas
tentaciones de la cocina, por una causa más importante que cualquier otra.
Durante
mi infancia y mi adolescencia yo diría que fui un buen deportista, en el
sentido que podía jugar todo lo que quisiera y esforzarme por hacerlo, es decir,
no tenía realmente limitaciones. Ya cuando fui creciendo, encontré algunas dificultades para
desempeñarme bien en nuevos deportes como el golf, pero bueno, eso es más bien
por “tronco”, nada que hacer!!
Nunca
pensé que algo me fuera a pasar, eso era para los otros, yo parecía tener un
derecho ganado con todas las cosas que desempeñaba y ni siquiera las agradecía
ni las gozaba, porque claro, son parte de la vida, y punto…. Yo tenía derecho a
todo esto y me sentía como un superdotado: jugaba basket, futbol, y lo que
mejor sabía hacer era “emparrandarme”. Pensé que nunca me iba a pasar nada y sometí
mi cuerpo a varios excesos de alimentación y licor. Ahora estoy tratando de
reconciliarme con él. Que gran paciencia me tuvo. Mejor dicho, estoy aplicando
el más cómodo de los refranes: “el que peca y reza empata”. -Ojalá logre meter
este gol del empate… es lo que más quiero!!-
El
pecar, como siempre, es más agradable en el corto plazo, pero es más
satisfactorio y duradero para la vida el “rezar”.
Nunca
olvidaré lo que cada día reconfirmo más: que “ SOMOS LO QUE COMEMOS”.
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Pulgas gracias por tus palabras, entereza y ejemplo de vida, llenas mi alma!!! Te estaré eternamente agradecida!!
ResponderBorrarNo olvides que la cancha es para ti solo, así que sigue por ese camino y ve por ese gol!!
Gracias Pi, tu me llenas a mi de inspiración y fortaleza, gracias por todo el acompañamiento!!
ResponderBorrarMario.. y en esa terapia hay campo alguno para algun tipo de deporte?
ResponderBorrarOtman
Ottico nuevamente un gran saludo!!! En esta terapia no se puede hacer ningún tipo de actividad física, porque la idea es guardar todas las energías para que el cuerpo las tenga solo para combatir la enfermedad. Ya llegará el momento de volver a montarse en una bici o algo así... Le mando un abrazo gigante!
BorrarUn abrazo tambien!
BorrarOtman
Me encanto! Vamos por ese gol! veo que el estadio esta lleno de gente que quiere compartirlo contigo! Un gran abrazo!
ResponderBorrarGracias Malaca! que alegría que veas el estadio lleno!! Eso me alegra mucho! Gracias por esa barra!!
BorrarExcelente resumen que nos permite entender mejor los beneficios de la terapia. Me gusta mucho el estilo de narración. Gracias por seguir compartiendo este estilo de vida.
ResponderBorrarGracias Ivan!! Ojalá supiera escribir como usted lo hace.... De todo corazón gracias!
BorrarOttico nuevamente un gran saludo!!! En esta terapia no se puede hacer ningún tipo de actividad física, porque la idea es guardar todas las energías para que el cuerpo las tenga solo para combatir la enfermedad. Ya llegará el momento de volver a montarse en una bici o algo así... Le mando un abrazo gigante!
ResponderBorrarMario en ese "partido" que estás jugando con la vida y en el cual debemos marcar un gol, estamos ahí contigo siempre las personas que te admiramos y te queremos, estamos ahí las personas que queremos jugar ese partido contigo y que siempre vamos a estar apoyandonte pero sobre todo admirándote y aprendiendo de un ángel como le eres tu. Tu eres el 10 del equipo y toda la gente que te quiere somos los otros jugadores, en donde Dios es el DT y la Virgencita su asistente. ¡¡¡Seguro entre todos vamos a meter ese gol (Como en los mejores tiempos de Leider Preciado contra millonarios)!!!!!!!!!!!
ResponderBorrarCotty y Diana
Gracias Dianita y Coti, los llevo en mi corazón.
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